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18 de Agosto de 2006

Sobre la intimidad de contar cosas propias

En Francia hay un revuelo enorme porque un jugador suplente de su selección futbolera grababa con una cámara lo que pasaba en el vestuario durante el Mundial de Alemania 2006, y ahora ha montado una película y, de paso, una buena polémica a resultas de si debía o no pedir permiso para grabar a sus compañeros.

El jugador, un tal Dhorasoo, defiende su derecho a hacer lo que quiera contando su propia visión de su puesto de trabajo. Se puede obtener más información en esta noticia y también aquí (en francés). Interesante cuestión, y aunque no lo parezca, relacionada con los blogs, el derecho a la intimidad y la libertad de expresión.

El jugador dice: "No necesito pedir autorización, ya que la película habla de mí, no de los demás. Es mi historia, un diario íntimo que publico. Mi cámara fue como mi pluma durante el Mundial". El asunto de los diarios personales vuelve, como ya pasara anteriormente en algunos casos de gente que postea desde su puesto laboral, a poner en discusión si airear conversaciones o imágenes forma parte de lo público o lo privado, o de una mezcla de ambas, que por ahora no tiene nombre.

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Woody Allen en un control policial de carretera

En la radio suena un anuncio con musiquita pegadiza que dice que ya basta de dormir mal en colchones de tercera categoría. Felices sueños con un colchón de laaaaaatex, tra-la-raaa. Mientras tarareo lo de dormir de puta madre en uno de esos jergones modernos de plastilina y esponjita, veo de lejos un grupo de gente en la carretera, todos vestidos iguales. El que está más cerca tiene todas las pintas de ser Woody Allen, pero no, es imposible (me acerco cada vez más) porque esto no es Manhattan, en Manhattan no hay olivos, así que debe ser su primo. Alto ahí, me dice el humorista con gafas con la mano derecha en alto. En la otra, metralleta al frente. Definitivamente, no es ni Allen ni nadie de su familia, porque habla más o menos en castellano. Detengo el vehículo de un frenazo, trago saliva, bajo la ventanilla, y por el hueco entra primero el cañón del arma; varios segundos después resuena una voz al otro lado del coche: “Buenos días ¿dónde vamos?”, dice el guardia mirándome claramente a los ojos delatores de infracción y/o crímenes hasta que no demuestre lo contrario.

Buscando el caballo de Bonanzaaa

Me parece tan gracioso este buenosdías-dondevamos dicho así, en plural, que esbozo una sonrisa y pienso “Será dónde voy yo, ustedes se quedarán aquí asustando gente, que pa eso les pagan”, pero no lo digo. “Voy a mi casa, a tres kilómetros”, le suelto.

-Me hace el favor de abrir el maletero.

Por lo que se ve, ya se acabaron las preguntas. No hay signos de interrogación, es una orden. Le abro el maletero y salen a relucir la mochila y el tocho de la 'Historia General de las Drogas', de Antonio Escotado. “Qué es eso”, dice el hombre. “Un libro”, le respondo. “Sirve para leer y enterarse de cosas”. El guardián mira alrededor y no abre la boca, debido a dos razones: probablemente ese objeto no es lo que busca, y seguramente tiene problemas de lectoescritura. “Y qué llevamos ahí”, dice el guardia.
-¿Ahí dentro? Bah, lo normal, cinco kilos de coca, dos tabletas de resina de hachís, tres bolsas de pastillas y un cartón de tripis de los de superman. No te jode.
Lo pienso, pero claro, no lo digo, que yo desde que vi el Expreso de medianoche cada vez que veo un señor guardia le digo lo que él quiera escuchar, que aún valoro en algo mi vida. ¡Señor, sí señor! ¡Nada de drogaína en el coche, Señor! Le digo que soy amaestrador de hurones salvajes y que ahora mismo llevo al veterinario un par de cadáveres de conejos degollados por uno de ellos, en descomposición y envueltos en varias bolsas de Mercadona, para que el doctor me confirme lo que sospecho.

-¿Y qué sospecha?, dice el Señor, que ya ha bajado medio metro la metralleta.
-Pues que al lado de mi casa hay una epidemia de mixomatrocolosis galopante y que puede ser que infecte a los humanos, y es una pena, porque en ese caso cualquier contacto, por mínimo que sea…

Cachis en la mar, ahora que lo pienso, se me ha olvidado preguntarles una duda existencial que me asalta en las insomnes noches de estío: si te pillan conduciendo y a la vez en tareas de succión del pene, por ejemplo, ¿a quién le quitan los puntos, al acompañante succionador o al conductor? ¿de cuántos points estamos hablando? ¿y si el que succiona es el propio conductor, pero es capaz de demostrar que dicha actividad no supone riesgo alguno para la seguridad vial? ¿y si te pillan autochup...? Qué pena que se me haya olvidado preguntarle al hombre, porque no preguntes por saber que el tiempo te lo dirá, que no hay mejor placer que el saber sin preguntar, etc.

Ahora me dejan pasar cada vez que me ven, y me saludan como las azafatas del cuponazo, así con la manita tonta y la sonrisa bobalicona, porque no hay nada como las verdades a medias para hacer amistades. La otra media verdad es que venía de un bar de hartarme de comer un guiso que llevaba algo de conejo o ballena o algún bicho así raro.

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Personas que ya sólo existen en la agenda

Me acaba de ocurrir una cosa un poco rara. Como mi hasta ahora viejo e irreductible telefonillo ya estaba más pallá que pacá, no me dejaba recibir llamadas (tampoco me llama nadie, pero bueno) y hacía tonterías variadas, he decidido cambiarlo por uno más modernito, de los de pantalla a color, adarga antigua y lanza en astillero. Trae un manual de instrucciones tan gordo que cuando termine de estudiarlo ya no existirán ni los móviles ni (probablemente) la humanidad. Viene con una serie de pamplinas, jueguecitos y colorines que no utilizaré jamás, de eso no hay duda: yo sólo le exijo que me deje hablar de vez en cuando.

La gente se va muriendo

Iniciando el trámite de pasar los números de teléfono que tenía la agenda del antiguo al nuevo, observo que llego al de una persona querida que ya ha muerto, y me quedo quieto dos, tres minutos, el tiempo de recordar. No sólo tenía el de su casa sino también el móvil. Y me he dado cuenta de que ya sólo existe el número, no la persona. No sé si su teléfono estará activo, si contestará algún familiar o alguien extraño. No me atrevo a probar, por respeto a su memoria.

...

Es una situación triste. He decidido pasar sus números a la nueva agenda, de esa forma podré recordar su figura, su risa y su conversación cuando, a veces, busque a otras personas, otros números, que sí estarán, pero que nunca serán como éste.

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Destripando películas: Hoy, 'Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto'

Cuando Uno va a ver una película de piratas al cine paga (aunque en este caso lo suyo sería colarse, siendo consecuentes) por ver historias de la libertad contra la Ley en medio del mar, aventuras de gente que bebe ron, filibusteros, loros, extremidades que terminan en garfios por la parte superior o patas de palo por la inferior, tesoros fabulosos escondidos en islas que no salen en los mapas, a los que se llega a través de la interpretación de tatuajes en la espalda, abordajes, olor a pólvora, capitanes resurrectos de varias condenas a la horca, parches sobre ojos vacíos, cuchillos entre unos pocos dientes picados, banderas negras con el Jolly Roger en lo alto del mástil, cañonazos, despliegue de velamen en los barcos de Su Majestad, tormentas o batallas que terminan indefectiblemente, en hundimientos y pecios, muchos pecios esparcidos por el agua. A ver esto y no otra cosa va Uno normalmente cuando le dicen que la película trata de filibusteros, un género que en lo literario dio en siglos pasados mucho juego. Le gente antiguamente quería leer lo que jamás experimentaría en la vida real, la aventura por antonomasia. Ahora aspiramos a un coche 4x4 turbo que nos lleve a un hotel de Benidorm a bailar King África, ver Eurosport y comer hamburguesas y que, con suerte, no te mueras de una indigestión con la mezcla, son las nuevas reglas de la aventura.

Piratas de pacotilla en el Caribe

Algo de ese saborcillo antiguo hay en la segunda parte de la saga Piratas del Caribe, pero poco. Lo que más ve uno es una historieta de amores entre actores guaperas que no se despeinan ni aunque les caiga encima el palo trinquete y que me recuerdan a aquellas fiestas de los ricos farloperos y especuladores de Marbella que organizaba Jaime de Mora y Aragón, donde había muchos más piratas y traficantes de verdad que estos fashionbucaneros de pacotilla de la peli, que no han robado nunca ni una lata de mejillones en el Carrefour. Porque eso sí, mejillones salen en la cinta, miles de mejillones, almejas, cangrejos y crustáceos de todas las especies conocidas y de algunas más por descubrir, que parece un anuncio de la Consellería de Pesca de la Xunta de Galicia. Pensándolo bien, si no lo dice Jiménez Losantos o El Mundo o La Razón o Rajoy, lo digo yo alto y claro: esto es un anuncio subliminal del PSOE para endilgarle otra vez el muerto del Prestige al PP, porque los malos de este film son los mejillones podridos, tantos que se me han quitado las ganas de echarlos mañana en la paella. Seguro que este film lo patrocina Zapatero, que como todo cristo sabe, maneja desde la sombra los hilos de todo, desde los bombardeos israelíes hasta la confabulación gay-masónica que gobierna el mundo, de Nápoles a Estambul, de Ponferrada hasta Hollywood, el mundo entero.

Si bien es cierto que algún homenaje a Stevenson y La isla del tesoro se rinde, ver a Johnny Depp, Orlando Bloom y la actriz esa de Quiero ser como Beckham haciendo el capullo y pegando saltitos durante dos horas (que parecen seis) tiene que ver más con los tebeos de Spiderman y con un pase de modelos de Galliano que con el cine, pero vamos, menos mal que fui al cine el día del espectador y el dolor fue menor que si me hubieran soplado el precio normal. ¿Cine de aventuras? No, hombre, cine de pseudoacción, que no es lo mismo. Efectos especiales hay tantos y tan artificiales que la tradicional división del guión en trama, nudo y desenlace se queda en nudillo y poco más, porque el final (ahora ya sabemos que hay una tercera parte, como mínimo) es de lo más malo que he visto en mi vida. Aburrimiento entre fogonazos y ruidazos, eso es lo que experimenta el espectador medio. Un chiquillo de seis años se pasó media película corriendo el gran premio de Malasia en su PlayStation portátil, y por lo que vi ganó sobrado el cabrón. Así están las cosas en esto del cine, donde los productores antes de leer el guión preguntan cuántos billetes les van a costar las explosiones y escenas de bichos asquerosos. De contar una historia medio entretenida ni mú.

En resumen: la banda de zarrapastrosos de Johnn Depp busca una llave y un cofre, donde se guarda el corazón del Capitán Pescanova, que tiene presa a una almeja borracha que dice que es el padre de Orlando Bloom, pero por el camino casi se los comen unos tipos vestidos de indios caníbales medio tontos que juegan al lanzamiento de melones con pértiga y al final, la tía buena le da un besito para que se salven todos y que no se los trague un pulpo a feira tamaño XXL; y encima no me he reído con ninguno de los supuestos gags. Bueno sí, hay una escena en la que un mono malafollá, el mismo que sale en Indiana Jones, le roba a un tío sin dientes que lee la Biblia al revés su ojo de madera y lo muerde como si fuera un cacahuete. Hijoputas, que eso sea lo único interesante en dos horas de historia, tenéis delito.

Y un apunte final: me apuesto el brazo de escribir a boli que esto se convierte en una serie más larga y más ñoña que Verano Azul, al tiempo. Y creo que la clave de todo el asunto está en el perrito que lleva las llaves, si no qué coño pinta ahí.


Otros destripamientos:
[ Poseidon ]
[ Flores rotas ]
[ La isla ]
[ Rey Arturo ]
[ Match Point ]
[ Cuando menos te lo esperas ]
[ Closer ]

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12 de Agosto de 2006

¿Cómo estás de Lo Tuyo?

Suelen preguntar algunas personas de la parte esta de España, así a la primera, en medio de la conversación y sin venir a cuento:

-¿Cómo estás de lo tuyo?
-Fatal, hijo, de lo mío fatal.


De Lo Mío estoy fatal

Si alguien que estudie el castellano estuviera escuchando ese diálogo pensaría inmediatamente que ambas personas se han vuelto majaretas, porque no creo que en ningún manual de idioma o diccionario se de explicación a dicho fenómeno lingüístico. Lo Suyo, Lo Tuyo y Lo Mío, así en mayúscula, son formas de referirse a la Enfermedad sin nombrarla, de la misma forma que hay religiones en las que está prohibido mentar a su dios. No se admiten plurales tampoco, es algo completamente individual e intransferible.

Y evidentemente no hay cosa más posesiva, más propia, más de Uno Mismo que su Mal. Es lo que te llevas cuando cascas.

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La radio

No he tenido la costumbre de oir la radio, tampoco la tele. Me he criado entre tebeos, esa es la historia, entre tebeos y libros, como los ricos, pero sin familia rica. Para bien o para mal. Esta radio, sin embargo, siempre ha estado conmigo, porque es la que escuchaban mi padre y los demás panaderos haciendo pan mientras el resto dormían. Cuando yo era un niño, los viernes, yo me iba a ver como amasaban el pan y cómo lo cocían, y lo olía. Eso me ha marcado: oler y tocar el pan recien sacado del horno marca, es una cosa que no vuelves a experimentar.

radio macuto

Y en esas noches de horno de los años setenta, la radio iba diciendo lo que pasaba: que el Franco iba a cascar, que en Francia patatín, que en Italia patatán...

Que el mundo evoluciona. Que tengas paciencia. Que cuarenta años no es nada...

Esta radio rota es la cosa que me mantiene unido a esa gente. Que esté rota es lo de menos, lo importante es lo otro, lo que me decían los viejos en radio o en vivo, cosas que los jóvenes jamás llegareis a imaginar, de bonitas.

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8 de Agosto de 2006

La Última Cena

Soy lector compulsivo de libros sagrados. Cada noche, antes de acostarme, no duermo antes de leerme diez o quince páginas del Corán, de la Torá o de la Biblia, elegidas a voleo, sin orden ni concierto pues en estas cosas de las creencias particulares no vale la pena hacer categorías. Aprendes bastante más de sexo y de ruina que con las series de Milikito.

Ayer decidí no volver a leer el Nuevo Testamento cristiano. Me siento engañado, porque repasando el Evangelio de San Mateo, en el punto culminante del Papeo Final, nadie dice nada de quién pagó la cuenta, y eso que Jesucristo (se supone) era de confianza, conocían a su Padre y tenía crédito. Hala, se va la pandilla del bar, con las barriguitas llenas de canapés y vino, se duermen su borrachera, se pelean, se traicionan, se ahorcan, en fin, lo de siempre, pero de quién acoquina el pastel, de eso ni mú.

Es lo que me revienta de las novelas malas, el final abierto.

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Destripando películas: Hoy, 'Poseidon'

A veces, cuando voy al cine para pasar el rato, pienso en la Humanidad, en si podría yo hacer algo en favor de los seis mil millones de criaturas de ahí afuera. Voy a hacerlo: voy a destriparles la película que vi ayer, para que no vayan a verla y ahorrarles fatiguitas, que bastante mal está ya el mundo como para pagar por sufrir. Ayer estuve viendo, mientras nos cocíamos aquí en esta parte de España, una película ideal para disfrutar en familia: Poseidon, un rimeik de la peli de los felices años 70 en la que una ola gigante como la que arrasó hace poco Indonesia daba la vuelta a un superbarco absurdo de esos de treinta pisos en el que se montan los ricos para ir de crucero y derrochar su dinero robado en estafas u otras cosas peores, beber champán a trescientos ebros la botella y hacer lo mismo que en tierra, y encima contarlo luego a la vuelta. En este caso ese martirio se lo ahorraron a sus amigos, porque no hay vuelta. Hay gente que se alegra con estas cosas. Por eso fui a ver este teleflin.

Poseidon, el barquito feliz

El director es Wolfgang Petersen, el de 'La tormenta perfecta' y 'Troya', uno al que le gusta la catástrofe y el agua, por lo que se ve le dieron un ahogaíllo en una piscina de chico y todavía le dura el susto. Esto no es 'Titanic', aquí no hay amores ni hostias. Se ve a la gente morirse como ratas, ahogados y con convulsiones. Si tienes pensado estudiar medicina forense esta es tu película. A los treinta segundos de las letras ya hay un listo de los que guían el barco que presiente, como los perros y los pavos, que algo malo va a pasar. "Lógico, coño, si ya se ha leído el guión", me dice María, con toda la razón. Pues pasa que viene la ola y da la vuelta al barco, y (ya es casualidad) el mogollón de ricos que estaba celebrando la Nochevieja se da la vuelta también y mueren unos pocos. Hasta aquí todo normal.

Pero, hombre, mira tú que sobreviven unos cuantos mangurrinos y, fieles a las leyes de Darwin, quieren salir del barco por abajo, que ahora es arriba, y van pasando pantallas como en los videojuegos, hasta que llegan a lo alto y salen y se salvan. Y en medio hay varios personajes lamentables que merecen morir, y que desde que abren la boca los espectadores saben que en el guión pone que van a entregar la cuchara antes de tiempo: un gilipollas hortera con bigotito, un camarero enamorado, un alcalde que no se fía del escote de su hija, etc.

Muchas explosiones y mucha angustia. No intente hacer esto en su casa, por Dios. Hay una escena de cinco minutos en la que tienen que pasar ocho personas por un tubo de ventilación y les falta el aire, unos momentos en los que juré por el brazo incorrupto de Santa Teresa que jamás me montaré en un barco de estos ni teniendo billetes como para alicatar la Gran Muralla China. Mucho mejor pasar las vacaciones en el campo, como mucho te pegan fuego.

¿Y aquí quién es el malo? Yo tampoco lo sé. Los surfistas serán, yo qué sé.

Otros destripamientos:
[ Flores rotas ]
[ La isla ]
[ Rey Arturo ]
[ Match Point ]
[ Cuando menos te lo esperas ]
[ Closer ]

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2 de Agosto de 2006

Resumen del Mundial de Fútbol 2006

Aunque ya ha pasado un mes o cosa así de la final del Campeonato del Mundo de la Pelota, y a pesar de no haber visto más que unos pocos partidos, no me resisto a recapitular y hacer balance de lo ocurrido en este simpar acontecimiento de masas. Y lo hago tras darme cuenta de que el fútbol, como decía un entrenador inglés, no es cuestión de vida o muerte, sino algo mucho más importante.

Un ejemplo. Imaginemos dos noticias del mismo día: 1. Desaparecen de golpe todas las especies animales de cuatro patas de la faz de la Tierra. 2. Ronaldinho abandona el Barça y ficha por el Real Madrid. ¿Cuál de las dos noticias tiene más repercusión en el ánimo de la gente? La segunda, claro, porque provocaría el oscurecimiento del ánimo ya para todo el resto del año de los aficionados barcelonistas y la exaltación madridista de aquí al Juicio Final, eso como mínimo. Lo de los bichos a la mayoría les da igual. Que sea triste no quiere decir que no se ajuste a la realidad.

Zidane y la Torre del Oro

Lo que he visto y no visto:


  • En el pasado Campeonato del Mundo Mundial ha ganado Italia, ganándole a Francia en la final tras un cabezazo que se ha convertido en más famoso que el mismo resultado. Semifinalistas, Alemania y Portugal.

  • Italia, con mínimo esfuerzo y máxima rentabilidad, viva imagen de Berlusconi, ha jugado un partido bien (contra Alemania) y el resto ha jugado a ser Italia, es decir, a aguantar el resultado dando coces, repartiendo sangre y diciendo palabrotas. Campeona darwinista Italia.

  • Francia eran ocho negros, dos blancos carcelarios y un magrebí, todos ellos viejos, pero aguantaron también con buen juego de Zidane, hasta que justo en la final se le fue la cabeza y perdió.
  • Le Pen me juego la cabeza a que no vió los partidos.
  • Alemania y Portugal tienen buenos jugadores y porteros que paran penalties, pero algunos de ellos, Cristiano Ronaldo, Ballack, son tan chulos que creen que el equipo son ellos y nadie más.

  • España empezó goleando a unos de 2ª B y terminó perdiendo con quien debía hacerlo, porque España no ha ganado nunca a ningún equipo bueno. Raúl no sirve ni para echar cal en agua y Torres, Casillas, Cesc, etc. son muy elegantes y muy cool, pero jugar juegan poco.

  • Argentina dicen que tenía a Messi, pero su entrenador dijo que no. Regla de oro: si no sabes tirar penaltis no deberías jugar estas cosas del Mundial.

  • En Inglaterra deberían decirle a Rooney que en el fútbol hay que patear la bola, no la pierna. O por lo menos que no te vean.

  • Holanda no sabía ni que había jugado este mundial.

  • Brasil ha sido la gran cagada. Con su jogo feíto ha puesto de los nervios a los aficionados y a los dirigentes de Nike, que ahora se estarán cagando en la madre que parió al que inventó los cordones de las botas de Roberto Carlos. ¿Ronaldinho? Ni idea.

  • El gran combate del mundial no se libraba en el césped sino en los televisores, entre Adidas (patrocinadora oficial) y Nike. Ganó Puma

  • El próximo mundial se juega en África, pero no en el África africana sino en la parte europea y globalizada, Suráfrica, un sitio donde hasta hace poco había wáteres para blancos y wáteres para el resto. La FIFA sabe dónde están los jugadores del futuro y pallá que se van con su maquinita de hacer billetes.

Y punto pelota hasta el 2010, si es que el Mundo existe para entonces.

Atención vídeo
[ La jugada del Mundial: cabezazo de Zidane a un contrario sin balón ]

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