Hay en Cabra, junto al parque de la Fuente del Río y el Auditorio, una calle entera dedicada a diferentes tipos de veleta. Ésta concretamente es un barquito de vela que pasea su tristeza entre el mar seco de los olivos.
Cuando se mueve dan ganas de montarse en ella y viajar por el cielo, como Peter Pan, pero no se puede.
Porque, como pasaba en todos los cuentos, es un cuento.