Inicio

22 de Marzo de 2006

De nuevo en la oficina

Ligar en la oficina es cosa complicada para el género masculino, puesto que de todos es sabida la veracidad del dicho clásico donde tengas la olla no metas la polla, y más si los intentos de apareamiento tienen como objetivo la hipergamia, es decir, fuera del matrimonio, alcanzar puestos más elevados en el escalafón laboral echando polvos a los superiores, porque al final siempre acaba saliendo aquella parte más lamentable de los seres humanos, que es el egoísmo, y en vez de preocuparse en el libre disfrute de los placeres genitales y/o amatorios el personal piensa en términos billetescos. Triste pero real.

Practica el sexo, pero seguro

Por eso la mayoría de los varones (las mujeres supongo que también, pero menos) tienden a buscar el goce cibernético-sexual en las oscuras galerías de internet, amparados en el supuesto anonimato que les da el ordenador. Y lo hacen a lo bestia, sin tomar medidas de precaución. Aunque de vez en cuando uno puede regocijarse viendo como el mangurrino de turno le pide el favor al listillo informático de la empresa porque su máquina ya no funciona como antes, no abre los pedeefes, tarda en cargar los documentos de excel o no se conecta directamente a la red.

Y es cuando el gurú internetero, echándole un vistazo al terminal del oficinista trapecista del alambre descubre entre los archivos del disco duro un par de conexiones al casino o a sitios guarros, diez dialers de engaños pornográficos de pago o veinte descargas de videos de fist-fucking entre animales de distintas razas, amén de la carpeta donde guarda la criatura sus conquistas, y dice en alto: "Aquí lo que hay es mucha foto porno, coño, así esto no tira".

Y el donjuan de las facturas, que en su tiempo libre lleva a sus chiquillos al zoo y a comer hamburguesas, y dos veces al mes se acicala con Varón Dandy para llevar a señora a comer a ese sitio elegante, vestido con ropa de marca, y que tiene puesta encima de la mesa la foto de los abuelos con sus nietos a la salida de misa de doce, se pone colorado como un tomate y, mientras dice para sus adentros 'tierra, trágame', masculla excusas como que eso es imposible, que por la tarde algún hacker sinvergüenza habrá toqueteado el ordenador, que hay que ver, que poca vergüenza, que vaya mierda de tecnología.

Por favor, aceptad la evidencia. Os han pillado. Haced como yo, que antes de quedar en ridículo publico todas las semanas sin falta en el tablón de la oficina las diez páginas eróticas que más visito, y de tan evidente, nadie me hace caso y me dejan tranquilo en mis excursiones por las partes bajas de Uno.

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Neuras

Comentarios

jeje muy bueno, me parecía estar viendo a uno de mi oficina con la descripción ;)

Escrito por maripilix a las 23 de Marzo 2006 a las 03:00 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?






Atención: Mete (con perdón) el código de seguridad para comentar: