En una entrevista en Mercurio a Antonio Rodríguez Almodóvar, ahora escritor, antiguamente político y profesor de enseñanza secundaria, le preguntan si son muchas las posibilidades de que un niño lector de literatura infantil acabe siendo un lector adulto:
-"Suele ocurrir. Aunque por medio está el desierto de la adolescencia, cuando maduran vuelven a ser lectores, si lo fueron de niños. Es la regla. Por eso es tan importante cultivar alevines de lectores".
He seguido los artículos que Rodríguez Almodóvar ha publicado en un periódico andaluz, y he leído con gusto sus recopilaciones de cuentos populares, así como sus trabajos sobre la tradición oral en literatura, por eso no esperaba esa respuesta bronca y deseperanzada. ¿Cultivar alevines, como el que cría pavos? ¿para engordarlos y que luego alimenten más a sus amos, a los políticos que defienden las campañas de lectura, pero luego son completamente analfabetos, a los millonarios dueños de las editoriales de libros de texto, en una palabra, cebarlos? ¿o qué es lo que ha querido decir con esta metáfora? (creo que estoy muy suspicaz).
No me tengo por raro, tuve una adolescencia normal: algunos versos de ánimos suicidas, beber, tocar la guitarra, viajar sin billete, conocer gente, intentar el apareamiento a todas horas... lo normal en una sociedad de comodones. Y algo de lectura había. Igual que yo la mayoría de la gente que conozco. No necesariamente por fumar porros acaba uno pinchándose heroína, ni se atrofian el resto de sentidos por entrenar el paladar bebiendo dyc-colas. Lo que ocurre es que cuando deseamos algo y no lo conseguimos (porque, como en este caso, la edad del pavo es ya irrecuperable), tendemos a echar pestes de él, sea lo que sea.
La adolescencia podrá ser un desierto, como dice Rodríguez Almodóvar, pero en cualquier caso es una etapa necesaria, y en los desiertos resurge, siempre, la vida. Supongo que él, igual que todo el mundo, también habrá pasado por una etapa desértica alguna vez, y si no es así peor me lo pone, por divino. Así que cada cosa a su edad, que para todo hay que quemar etapas, incluso la de chupar de la teta pública
Pues mira que últimamente andaba yo pensando si la gente cambia más durante la época universitaria (quién la tiene) o en el instituto (quién lo hace, que no todo el mundo). Y creo que todos cambian más en el instituto. Con 20 o 25 años uno es igual de gilipollas, pero con 15 a uno todavía no le ha dado tiempo. Se nota un montón, a la gente se le pone voz grave y le salen tetas y así...
Escrito por Pistacho De Pelo en Pecho a las 13 de Diciembre 2005 a las 04:46 PMA mí me parece muy bien que se fomente la lectura desde temprana edad. Sobre todo en éstos tiempos de dominio de la tele y las video consolas. Pero veo poco trágica la descripción que hace de la adolescencia. Tampoco es una época de tanto desenfreno que vaya a hacer que se esfume el interés por leer.
Escrito por sirenita-2 a las 13 de Diciembre 2005 a las 07:22 PMYo también he leido las recopilaciones de Almodóvar, que están muy bien: bueno, son algo más que recopilaciones, y una de las cosas que me gusta es que no tiene empacho en introducir palabras "difíciles" en los cuentos de niños.
En esas declaraciones, aparte de lo desafortunado de la expresión, creo que hay sobre todo una constatación verificable: muchos niños lectores que abandonan la costumbre en la adolescencia ya no volverán a ser adultos lectores. Es importante saberlo, porque a lo mejor es ahí donde hay que hacer el esfuerzo (en vez de empeñarse en que se empapen a Cervantes, Garcilaso, Don Juan Manuel y el Arcipreste en una sola panzada).
Sí, creo que estás muy suspicaz...
Escrito por SebastianDell a las 15 de Diciembre 2005 a las 04:01 PM