Vuelve el gran Superdrunk a las andadas. Como ahora parece que le han dado un trabajo por el que tiene que levantarse a las cinco o las seis de la mañana, resulta que todos los vecinos tenemos que despertarnos también a esa hora, y para ello se encarga de recordárnoslo cambiando de sitio todo el mobiliario pesado de la casa.
-Hola, soy el vecino de abajo y quería decirle que...
-No me diga nada, ya lo sé: vd. tampoco puede dormir.
-Eeee... sí, porque...
-¡Ay, yo también sueño con poder dormir un día tranquilo, hasta que me dé la gana, pero el pérfido e injusto capitalismo explotador me obliga a madrugar para dar de comer a mis hijos, que los pobres no ven a su padre...
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Moraleja: Si tu vecino te despierta de noche moviedo muebles, piénsatelo bien antes de pegarle una paliza, aunque sea por su bien, pues con toda seguridad es un vendedor de seguros, ex-marxista, ex-seminarista o una mezcla de las tres, y quizá sea más práctico frustrarte un poco no ejecutando venganza que volverte a tu casa con la cabeza como un balón de Nivea. Cuidado.