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14 de Julio de 2005

Haro Ibars, moverse en el alambre

Leer la biografía de un personaje mítico y excesivo puede producir la sensación de que Uno ha estado toda su vida dedicado a no hacer nada, a perder el tiempo en el peor sentido de la expresión.

haro ibars

Y eso es lo que me ha pasado cuando voy descubriendo a Eduardo Haro Ibars, poeta de una generación llena de luces y (sobre todo) sombras, machacada por la experimentación con esa sustancia de tan mala fama que se llamó heroína, a lo que hay que unir su carácter bisexual, dipsómano, lisérgico, hippy, porrero, alucinado por la estatua del demonio del Parque del Retiro y extremadamente dotado para la lectura y la poesía. Todo ello envuelto en una huída constante hacia el mundo de las drogas y la introspección, los viajes, la literatura, el periodismo (era el mayor de los seis hijos del escritor Eduardo Haro Tecglen, cuatro de ellos muertos en plena juventud), Amsterdam, París, Tánger, Madrid...

El autor, J. Benito Fernández, que ya había realizado un libro sobre Leopoldo Mª Panero (otro colega), no intenta adornar literariamente su pesquisa sobre la vida del biografiado, cosa que al principio puede hacernos creer que, simplemente, está mal escrita, de forma simple y llana. Pero es que la única forma de no hacer de la vida de EHI y su generación una especie de 'vida de santos' es ésa, relatar las cosas sin más palabras que las que ayudan a entender que hicieron lo que les dio la gana, y nadie puede decir que fueran infelices en su decisión. Y punto.

Relato terrorífico éste, sobre todo cuando se ven pasar los muertos jóvenes capítulo a capítulo, víctimas en su mayoría de esa rara enfermedad del Sida que, en los tiempos de la Movida, sólo afectaba a los divinos, y que se los llevó palante a casi todos. Tiempos duros de libertad esos años 70-80 del siglo pasado.

Portada del libro

José Benito Fernández: Eduardo Haro Ibars : los pasos del caído, Anagrama, 2005.

[ Ficha del ISBN del libro ]

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Leer

Comentarios

El libro los pasos del caido es malisimo, muy mal escrito. Es nefasto

Escrito por Javier a las 24 de Julio 2007 a las 11:13 PM

Acabo de leer -de una tirada- el libro de J Benito. Más que nada porque aparecen lugares y (pocas) personas que conozco, aunque por referencias. Entre la admiración que me suscitaba la lectura juvenil de los artículos políticos de Haro Tecglen, al que entonces consideraba un semi-dios de la política (se equivocó en todo, como Sartre), y le repugnancia que el entorno (vital y familiar) de EHI me ha suscitado, así como el propio personaje, hay un mundo. EHI me ha parecido un monstruo: no quisiera tener cerca a nadie que se le pareciera. Que él eligiera esa terrible vida y esa terrible muerte no añade un ápice de valor moral al personaje.

Escrito por manuel a las 2 de Septiembre 2007 a las 02:53 AM
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