La enciclopedia dice del vocablo Flan: Plato de dulce que se hace mezclando yemas de huevo, leche y azúcar.
Es un postre que para su consumo tienes que seguir tres pasos: elaboración, volcado en el plato y degustación. El eructo post-consumo agradecido no entra dentro de este apartado. A mí la fase que más me gusta es la primera, y aunque soy más tradicional que Arias Navarro diciendo entre sollozos aquello tan elegante de: "Españoles: Franco... ha muerto", y preferiría cocinarlo de manera artesanal, rompiendo huevos y usando ollas, a la hora de la verdad bajo al supermercado y compro unos polvos con aditivos, colorantes y conservantes que luego, al mezclarlos con leche hirviendo, resultarán ser un espléndido flan de esos nerviosos que se mueven como tales, un invento siempre presto a ocultar las tortuosas relaciones entre lo sólido y lo líquido.
Ahora los comedores de flan compran el producto de la multinacional Royal, pero hace poco había dos o tres marcas cuyos envases y nombres eran un homenaje al kistch hispánico o a las películas de Almodóvar o Berlanga, como el tambor de Colón o el tapón de porcelana de la botella de la Casera. Marcas que eran promesa de experiencias exóticas y/o lujuriosas: Flanín el Niño, el Chino y Potax. Sobre todo llama la atención todavía la persistencia del envase del flan del Chino, una caja azul en la que un mandarín de largas uñas te invita misteriosamente a los paraísos artificiales, no sé si de la gastronomía dulcera o de un fumadero de opio.
Hay gente que no se resiste a la parte en la que tienes que echarle el caramelo líquido, que viene en sobre aparte y que tan difícil es de abrir la mayor parte de las veces.
Y chuperretear al final de la ingesta ese caramelito marroncillo, ese fin de fiesta es una de las cosas que una persona debería probar al menos una vez en la vida. Eso sí, sin mirar las letras de los ingredientes.
Notas relacionadas:
[ Grandes misterios de la humanidad (1): Las papas Pringles ]
[ Grandes misterios de la humanidad (2): Las chanclas ]
Yo odio especialmente el momento de echar el caramelo en el envase. Los hilitos que suelta (como diría Rajoy) me ponen de los nervios!!!
Saludetes! ;)
Escrito por Elizabeth a las 18 de Marzo 2005 a las 07:47 PM¡Qué gran post, trapo! qué antropológico, qué bueno!
:-)
A mi, es que desde esta mañana me está matando una cuestión!!!
Es salsa de curry o salsa con curry?????
Porque escuchando una conversación ajena, una chica le ha dicho a su amiga..."y llevaba salsa de curry"...y yo he pensado...Coño, será con curry!"
Pero no sé, que concepto define a una salsa??????
Lo sé, es raro, pero en domingo y trabajando.....;)
jajaja yo tp me puedo resistir a probar el caramelo... ñam ñam ^^
Escrito por Sara a las 21 de Marzo 2005 a las 01:09 AM¿Recortarán las uñas del chino para no herir sensibilidades al igual que le quitaron la lanza al africano de los Conguitos?
Escrito por el del quinto a las 21 de Marzo 2005 a las 03:05 AM