Buenos propósitos para el 2005 (II): Pegarle una paliza al mago de la gorra

Independientemente de mi condición de resabiado y cascarrabias, aún hay un lugar para la esperanza en este mundo tan bonito. Y es que la existencia misma del mago Pinochet, el que hizo desaparecer en Chile a miles de personas en un pispas, y sin que nadie (que no se llamara Kissinger) se enterara hace que todavía espere un poquito de humanidad de la Humanidad.

Porque mi segundo deseo y propósito de amor y paz para este 2005 es pegarle una paliza a ese hombre yo mismo, con mis manos, bajarlo de su silla de ruedas a hostias y dejarlo malherido, no muerto. Ya dije una vez que deseaba que reventara por dentro o por fuera, pero no: ¡Vive, Pinochet, aguanta vivo por favor, aguanta hasta que llegue yo un día de estos a darte una paliza!

Con mis manos, aunque luego los tuyos me metan en la cárcel, me da igual... ¡aguanta, maestro, y trata de arrancarlo, por Dios!

EXPLICACIÓN para INFANTES:
Los magos nunca me han caído bien, sobre todo los que se iban del teatro sin revelar sus trucos de magia.