¡Mamaaa, el robot se ha hecho caquitaaaa!

Desde que en 1920 el checo Karel Chapek inventara el término robot, basándose en una palabra que significa trabajo forzado o esclavo, estas maquinitas se han convertido en la solución a todos los problemas mundiales, incluidos los que provoca mi vecino el superborracho del 2º izquierda, que eso no hay máquina ni Dios que lo solucione, os lo digo por experiencia. Si le mando a Alien y a Predator disfrazados del Cobrador del Frac se los come con papas fritas, se echa una siesta y luego eructa.

El esfuerzo humano por parecerse a Matrix da un paso de gigante con la epidemia de bichos metálicos que padecemos. Ahora unos científicos, evidentemente familiares cercanos del Doctor Infierno y de Darth Vader, acaban de inventar un minirobot insecto capaz de "infiltrarse en una colonia de cucarachas sin llamar la atención, controlarla y destruirla", como dicen los acongojados y sorprendidos medios de in-comunicación. Ya le llaman sin rubor el flautista de Hamelín, por aquello de que se lleva a las imbéciles cucarachitas a un sitio alejado, valiéndose de un aroma irresistible para ellas, y allí las mata bien muertas, como el Cucal o el Raid, pero sin polvos, todo técnica e inteligencia.

Y yo que me lo creo, señora.

Y además están el perrito Aibo y su coleguita Asimo, vaya par de dos. Aibo es de Sony y el Asimo de Honda, pero actúan como verdaderos embajadores de sus amos, allí donde se confunden empresa y estado, economía y gilipollez. De hecho este último, que tiene pintas de humano y sube escaleras más rápido que Pinochet en el aeropuerto de Santiago de Chile, ha sido recibido en simpar audiencia por la reina de Dinamarca, el país de Hamlet el vengativo, y de Christiania, el paraíso de los neojipis. No sabemos de qué hablaron, ni si el bicho metálico estaba preparado para las reverencias y cabezazos que, según las leyes de la cortesía, deben rendirse ante estas criaturas de la nobleza.

-¿No le han enseñado a usted a arrodillarse ante una Reina? -le comentaría SuMajes.
-Nos ha jodido, la que tiene que chuparme los tornillos eres tú, que yo no tengo sangre azul, pero gasto Repsol Power3400 y por menos le meto una hostia a quien sea...

"Bien dicho, Aibo, con dos cojones", le habrá dicho su amo al salir de Palacio. Es que esta gentuza se cree algo. Y por mucha técnica y educación que le adoctrines, el lenguaje de la calle es algo que tienen bastante asumido.

Y al perrito le habrán instalado un microchip para hacer sus necesidades en un cubo (metálico por supuesto) y lo atarán con cadenas binarias, y ladrará un guau! artificial como si le lavaran el estómago con Varón Dandy, y le darán de comer ferralla mineralizada... y muchas más cosas que nos quedan por ver en este mundo del Señor tan interesante. Lo digo más en serio que Jesulín toreando o cantando o resolviendo crucigramas.

Por no hablar del sexo en los robots, y de sus correspondientes filias y guarreridas: humanofilia, tuercofilia, ollafobia (temor a las ollas exprés, por aquello del pitorrillo, supongo), termostatofilia... que esa es otra. Que puestos a gastar material en órganos y en hierros, miserias ni una.