Soy un manojo de nervios. A medida que se acerca el gran día del Enlace del Siglo me encuentro más deseperado, sobre todo los nervios me atacan a las partes bajas, el pene y zonas adyacentes, de manera que cuando me tomo dos o tres cañas, y del etílico trasiego el cuerpo me pide que las evacue, algo (los nervios supongo, soy rico primerizo) me impide el movimiento natural de la pelvis y la natural micción. Tres cojones me importa, el día 22 allí estaré con mi chaqué y mis martinellis. Ojo, martinellis... y también martinis. Mi bolsa con la tortilla en papel albal y mi navaja para el cacho queso no la voy a dejar fuera, eso está claro, no vaya a ser que luego pongan de segundo plato raviolis de foie de rata tibetana a las finas hierbas y me quede esmayao toda la puta tarde. Y mi petaca con el machaquito, por supuesto.
Porque otra cosa que me preocupa bastante, aparte de dónde se mea en la catedral, es el tipo de líquidos espirituosos que nos van a dar en el convite, y que al final es lo que va a distinguir a una Boda Irreal como Dios manda de un contrato civil semisecreto entre mangurrinos. No me fío ni un pelo de esas noticias que dicen que aquello va a ser Troya, venga rioja gran reserva, venga albariño, cavas rosados y blancos que no falten, la coñac (espero que sea Carlos III o V o alguno de éstos así importantillos, en casa del soberano nada de Soberano, que no haya miserias, que luego van contando por ahí por Europa que aquí la monarquía es una panda de tristes asalariados que no tienen un castillo donde caerse muertos), y por supuesto que tampoco falten montecristos, que de la última vez que fui a una boda villana aún tengo el regusto asqueroso a farias en la boca.
Porque yo lo que pienso es que esto de ser de la realeza, la aristocracia y los ricos sólo tiene una cosa mala: excepto la reina madre de Inglaterra, que se bebía las ginebras dobladas, y algún que otro caso como el marido de la heredera de Mónaco, no conozco muchos casos de gente entre mis iguales a los que les guste pegarle al cristal, que eso es lo que hacemos los dipsómanos. Cleptómano no, eso es algo relacionado con los robos y los hurtos, y como yo no tengo que preocuparme de esa ordinariez lumpen del dinero, soy dipsómano, acumulo experiencias en el hígado y en otras zonas de casquería humana.
Desde que me hice rico ando más preocupado por guardar la compostura que por alimentarme por dentro, y eso no es. Espero que el sábado, una vez hayamos casado a Felipe, conozca a algún alma gemela que sepa que la dipsomanía no es como las hemorroides, que la sufres en silencio, sino la marca que nos distingue a los buenos de los mejores, y a gritarlo a todo el mundo: ¡¡Vivan los novios!! ¡¡Arriba los borrachos sin clase!! ¡¡Fuera la vergüenza!! ¡¡Viva Portugal!!
Besos de cristal.
Fría amante de los que están solos.
Hay que aprender a beber los besos de quien nos ama.
Llévate la cámara y te haces unas fotos con los novios y con Urdaci. Luego las cuelgas.
Escrito por Mostaza de Canela a las 18 de Mayo 2004 a las 11:18 PMTienes un email mío en la dirección de trapo. Ich liebe dich
Escrito por ELLA a las 19 de Mayo 2004 a las 11:35 AMperdón por mi incultura, pero que es el machaquito? El resto del post genial, para variar :)
Escrito por Spookie a las 20 de Mayo 2004 a las 01:43 PMSpookie, el machaquito (también conocido como 'machaco', es una bebida espirituosa de bastante graduación hecha de anis que tiene propiedades curativas a partir de la sexta copilla. La gente la conoce como augardente en Galicia. Sirve también como repelente para bichos.
Imprescindible en estados carenciales.
Escrito por trapo a las 20 de Mayo 2004 a las 03:19 PM