Inicio

6 de Febrero de 2004

Trabajos manuales

Hace muchos años, mientras estudiaba en una facultad, me hice amigo de un compañero que tenía parálisis cerebral. Le pasaba más o menos lo que a Stephen Hawking, siempre sentado en su silla de ruedas, limitada su capacidad de hablar y de hacer cosas que a los 'normales' nos parecían sencillas, como beber de un vaso o leer un libro.

Lo necesario y lo imprescindible: son cosas distintas

Mi amigo Antonio acabó su carrera, era de lo mejor de la clase, sin duda. Recuerdo sus dificultades para expresar ideas críticas, brillantes y agudas, siempre con un tono de sarcasmo e ironía que era de agradecer entre esas paredes tan serias. Acabó de estudiar y punto, porque no le dejaban presentarse a profesor. Supongo que eso le haría sentirse inútil, ya que difícilmente podría acceder a otro puesto de trabajo con un título de Letras, si ya de por sí la cosa está jodida.

Antonio provocaba entre la gente, profesores incluídos, miedo, rechazo, pena... Estoy contento de haberlo conocido y de ser su amigo durante el tiempo que coincidimos, y de ver la reacción de los orgullosamente 'normales' ante esa situación: se valora el cuerpo, no la capacidad mental. Ojo, esto no me hace mejor persona, creo que sólo eramos amigos porque nos gustaba a ambos cagarnos en todo y en todos, en los curas y en los banqueros, y nos reíamos. Recuerdo que una vez se presentó a un examen con la equipación de la selección, era genial. Cuando la tecnología sea suficientemente accesible para todo el mundo Antonio trabajará desde su silla, sin tener que teclear ni hablar. Esa es la esperanza, y eso es lo que nos convierte en criminales al resto, que aceptamos que manden mierdas a Marte o que juguemos a la bonoloto.

Acabo de ver un anuncio en el periódico en el que la compañía de fármacos Sanofi-Synthélabo justifica la absorción de Aventis porque "la gente que necesita medicamentos no nos lo perdonaría". Sí, y yo voy y me lo creo eso de que trabajan por la salud de los ciudadanos. Estos hijoputas lo único que quieren es ganar más billetes, que coño le importan los enfermos. Es como decir que los obispos creen en Dios, que sandez.

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Neuras

Comentarios

Cuanta razón tienes. A la gente con problemas se les margina sin más, cuando están capacitados como cualquiera, tienen unas limitaciones físicas, de acuerdo, pero eso no les hace distintos, ni inferiores, simplemente eso, que necesitan unas cosas adaptadas. Y las farmacéuticas no se preocupan más que por sus beneficios, como cualquier otra empresa. No son ni pretenden ser ninguna ONG.

Escrito por kizz a las 6 de Febrero 2004 a las 10:27 AM

Tuve una alumna con un problema parecido, el primer año que daba clases. En medio de mis agobios por todo lo demás, me preocupaba hacerla sentir cómoda sin hacerla sentir más distinta.
No creo que lo consiguiera, pero al menos volvía siempre a clase, así que tal vez no lo hicera tan mal.
¡Qué difícil resulta ponerse en el pellejo del prójimo!

Mh

Escrito por Mh a las 9 de Febrero 2004 a las 03:00 PM

que se entiende por trabajos manuales

Escrito por Anonymous a las 14 de Diciembre 2004 a las 09:41 PM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?






Atención: Mete (con perdón) el código de seguridad para comentar: