Según la simbología universal las pasiones y los placeres se acumulan y representan en los órganos de comer y de follar, es decir, la boca, el estómago y los genitales. Quiera o no quiera la Santa Madre Iglesia. Y la creencia popular identifica, asimismo, el corazón y la cabeza con el amor y la inteligencia, respectivamente.
Lo de identificar la cabeza con la el conocimiento y la reflexión es algo lógico, ahí dentro está esa especie de nuez gorda y asquerosa que llamamos cerebro y que, en algunos casos, hace que la gente piense (no mucho, lo justo). Pero lo de que el amor se identifique con el corazón... me suena raro. De hecho, entre la buena sociedad siempre se ha considerado que demostrar sentimientos es cosa de pobres o de gente sin cabeza. Sólo los artistas podían dedicarse libremente a expresarlos, sin que nadie los tomara por gilipollas.
Al valenciano Miguel Servet se lo cargó el Santo Oficio por decir que el cuerpo humano funciona como una máquina, que el corazón es un trozo de carne que sirve para bombear un líquido rojo, igualmente simbólico y que representa el dolor, la sangre. Cuando de chico veía un caldo o un arroz con corazones de animales me ponía enfermo. Supongo que será el bicho simbólico, que aún pervive. O porque el corazón siempre le gana a la cabeza.
e esta padre pero no me representa lo que busque
Escrito por nohemi laura camarillo a las 24 de Abril 2007 a las 12:31 AM