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25 de Septiembre de 2007

Por la Vía Verde de la campiña cordobesa

El otro día cogí la máquina de dar pedales y llegué a Guadalcázar, que es un bonito pueblo campiñés que está a tomar por culo de Córdoba, por la antigua via férrea Valchillón-Marchena abandonada hace años, ahora dedicada a vía verde o camino rural. Cuando lo ví me eché un poco atrás, porque entre otras cosas no llevaba cámara de repuesto ni parches, sólo un litro de agua helada y un paquete de conguitos. Poca cosa para 55 kilómetros, ida y vuelta, un camino iniciático impagable para solitarios en busca de sí mismos. No sé si es mi caso, pero lo intento.

Vías Verdes en bici

Un conejo chiquitillo con mixomatosis se me cruza en el camino. Digo lo de la enfermedad porque ni siquiera hizo ademán de apartarse, no podía ver ni una mierda. Lo aparté con cuidado, y que tenga suerte. No voy a comentar aquí la solución que corre por ahí para salvarle la vida. También me crucé con dos lagartos más grandes que los cocodrilos de Tarzán (sus primeras películas, las últimas eran de feria), verdes, rápidos y brillantes como el sol. Hay que pasar por un oscuro túnel de 500 metros en el que hay que pulsar a la entrada un botón para que se ilumine como se ilumina la torre Eiffel de noche. Las únicas personas de dos patas que me crucé, unos biciclistas parados en el único árbol en veinte km de recorrido, disfrutando la sombra.

-Descansando un poco, ¿no?
-No, atacando, atacando lo que queda.

Magnífico el espíritu de saberse poderosos, de hacer lo que a Uno le venga en gana, sin tiempo de regreso. Me paro porque quiero, la dureza de la ruta no es mucha, pero descanso porque me da la gana, y bebo agua. Un carrerista pasa a toda hostia. Se ve que tiene prisa porque alguien le espera en algún sitio, hace bien en llegar a tiempo, no defraudes a nadie, criatura.

Pasaba entre campos de algodón (robé un poco pal botiquín, para qué nos vamos a engañar), terrenos baldíos de una belleza acojonante, plantaciones de trigo y cebada, cañizales continuos de un par de metros de alto. Si tienes que cargarte a alguien y esconder el cadáver, éste es tu sitio, no pasa ni el Tato. Por un momento sentí miedo. Si tienes un accidente y caes por la torrontera, ve rezando lo que sepas, porque es fácil que duermas malherido al raso hasta que pase algún cabrero despistado y te ayude. Es maravilloso.


Comentarios

Ummmmmmmmm.........................

Escrito por julkillo a las 26 de Septiembre 2007 a las 01:29 AM

¡¡Qué envidia!!, llevo un tiempo queriendo hacer la vía verde de la Subbética o alguna de por allí, igual para primavera si me dan vacaciones, ¡¡voy a ir entrenando ya!!; pasé una vez de refilón por Zuheros y es de foto, pinta de ser precioso, tranquilo y de haber por allí un montón de pueblos que no conozco. ¿Esta que dices es la de la Campiña?. Pinta bien también, lejos del bullicio de turismo masificado.
Por otro lado, que bien que la veleta haya tomado de nuevo el rumbo, me alegro de leerte por aquí.
Saludos.

Escrito por Amethyste a las 26 de Septiembre 2007 a las 12:24 PM

:D

Me encanta tu prosa Trapo.

Gran post, y la vía verde pues... bien.

Escrito por Javi a las 27 de Septiembre 2007 a las 12:38 AM

hola mario soy alba que estuve leyendo con papi tu excursion cuando vengas la proxima vez estara pitufin ya, traete la bici y vamos con papi de excursion
alba y ricardo

Escrito por Anonymous a las 7 de Octubre 2007 a las 07:39 PM
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