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15 de Febrero de 2007

Feria del Arte en Madrid

Una vez fui a ARCO, la feria del Arte Contemporáneo de Madrid. Fue en 1991 o 1992. El mundo acababa de descubrir el poder de las manchas africanas de Barceló. Coincidió, como casi siempre, con el Carnaval. La noche de antes mi chorba de entonces y yo habíamos estado de fiesta por la Plaza Mayor, disfrazados de negras cubanas, la farra se alargó hasta el día siguiente y decidimos ir al acontecimiento moderno por antonomasia: "Tenéis que ir, quien no vea ARCO no sabe nada de arte ni del mundo", nos dijeron.

Desiree Dolron: Xteriors XIII

Pues nada, a la feria. Que bien, una feria por la mañana en pleno carnaval. hay que ir bien vestido, para la ocasión. Mi ex me prestó una falda-pantalón gris, me quitó un poco la tizne de la cara y me pintorreó los labios de rojo revolucionario, y de esa guisa, y sin dormir, me presenté en el evento. Ví muchos modernos y disfruté de las instalaciones.

Por la noche me cagaba por la pata abajo. Tanto arte contemporáneo me descompuso, tal era la congoja (supongo) que me producía la ignorancia. Vimos montañas de platos sucios que se valoraban en varios millones, y cuadros que se confundían con los azulejos del cuarto de baño. Decidí no comprar ninguna obra, más que nada porque lo que llevaba en el bolsillo apenas me llegaba pa pagar el metro. Ese día comprendí el sentido de la palabra ridículo.

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Comentarios

Este verano anduve por Londres y me metí en el Tate Modern ése. Había una obra de arte consistente en un teléfono (de los de antes, que tenías que meter el dedo en unos agujerillos que estaban en una rueda y hacer que ésta girase) con una langosta de plástico encima.

También había otra cosa artística: un trozo de granito enmarcado en la pared... A su lado había un trozo de madera, también enmarcado y -creo recordar, pero mi memoria es un tanto caótica- arena pegada sobre un lienzo igualmente rodeada por un marco similar. La colección se llamaba "Texturas" (en inglés textures o así, claro).

Me recordó a aquella vez que fui a Guggenheim (uhhh...) de Nueva York y me comí parte de una obra de arte. Era una montaña hecha de chicles. De esos con pegatinas.

Pero la palabra "ridículo" ya la conocía de mucho antes.

Escrito por Sans a las 15 de Febrero 2007 a las 02:08 AM

Creo que fue en el 90 cuando yo estuve (con mi padre, que le hacía ilusión) y después de pegarnos una panzá de andar y ver pamplinas nos sentamos (en el suelo enmoquetado) y nos dejamos caer en una pared llena de perchas de esas individuales metálicas que van atornilladas a la pared (en esta ocasión a media altura, ideal para la ocasión, pensamos nosotros) en esas estábamos cuando se nos acercó un guarda de seguridad y nos increpó para que quitásemos los abrigos de allí, aduciendo que íbamos a echar a perder la "obra de arte". Hasta hoy (y lo que queda)

Escrito por julkillo a las 16 de Febrero 2007 a las 12:44 AM

"A la Hera". Los Enemigos

Por favor: ¿El Museo de Arte Contemporáneo?
Por favor: ¿El Museo de Arte Contemporáneo?
Por favor: ¿El Museo de Arte?
¿El Museo de Arte Contemporáneo?
¿El Museo de Arte por dónde queda?

Por favor: No crea que es por amedrentarle...
Por favor: No crea que es por amedrentarle,
pero no, pero no me hable
de museos de Arte Conteporáneo,
de museos de Arte Contemporáneo.

Ay, señora, déjese de museos de Aarte,
ay, señora, déjese de museos de Arte
déjese de museos de Arte,
de museos de Arte Contemporáneo y véngase conmigo
a la hera.

Saludos a Trapo y a Burdon.

Escrito por JuliTequilas a las 18 de Febrero 2007 a las 11:32 PM
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