Cuando aquí por esta parte del mundo hace viento la gente se asusta. En la ciudad de Córdoba no suele darse ese fenómeno con asiduidad, como sí pasa en Tarifa, en Valladolid o en la Patagonia.
A Tarifa le sienta bien el aire, sus moradores tienen fama de locos, locura feliz cuando es viento de poniente o locura nerviosa cuando es de levante. A los jipijos que van a güinsurfear o como se diga eso de ponerse de pie en un tronco planito de colores ese airazo les va muy bien, y echan carreras y se lo pasan pipa. Al resto de criaturas también les gusta este deporte, porque les ponen de comer, beber, vestir y dormir a los del troncomóvil. En Iznájar el aire les sienta mal, y dicen que la mezcla del viento y el agua del pantano incita al suicidio, variante tirarse al pozo. Unos echan carreras en el mar y otros se bañan en el pozo, en Andalucía la cuestión es bañarse como sea.
En Córdoba no hay viento, ni levante ni poniente: aquí no corre el aire. Por no correr no corre ni el equipo de fútbol, que está en 2ª B Regional o algo así. Nada ni nadie se mueve, todo sigue igual que hace cinco siglos, sólo hay movimiento cuando hay golpes de estado, toros o peroles. Y las pocas veces que al aire le da por correr a la gente se le pone cara de susto, porque creen firmemente que ha llegado el día del Juicio Final. Normal en una ciudad donde el gobierno post-comunista, los constructores-estafadores y los curas salen juntos en procesión. Cuando vuela ese aire temen que se los lleve a todos por delante sin haber confesado sus pecados. Qué se puede esperar de un sitio donde la empresa con más futuro es un banco donde manda la jerarquía católica, pues miedo, qué va a ser.
Aquí em la costa corre mucho aire y yo casi me vuelo a veces :P
Escrito por Céline... a las 16 de Diciembre 2006 a las 03:05 PMUna pena... porque creo que Córdoba es mi ciudad favorita.
Escrito por Clío a las 18 de Diciembre 2006 a las 07:16 PM