Vale, aunque tengo ya una edad provecta en la que no es deseable el abuso, sigo siendo fiel a los principios de mi adolescencia: fratrías, amistades, amores, sustancias estupefacientes. De ésta última, elijo el gin-tonic, por todos los beneficios en la salud que me hace, incluídos los miles de billetes que le ahorra a la Seguridad Social en internamientos psiquiátricos, es decir al resto de contribuyentes.
Cuando era más joven bebía ron blanco, después descubrí los beneficios del ron negro (e incluso del ron-miel, gracias a mis amigo canarios), pero pronto me dí cuenta de que era veneno. Me daba cuenta al día siguente, mayormente.
Ya de mayor he descubierto el gin-tonic. Me decían que el güisqui y el vodka afectaban menos a la resaca, que si patatín, que si patatán,... que no, que no, que lo mejor y más vistoso es la ginebra. Al principio era la piratería, beber licores que ni ellos sabían de dónde venían, pero a nosotros nos daba igual, teníamos el mar por delante y viento a favor. Teníamos la vida enfrente. Eso era hace veinte años.
En mis principios dipsómanos, mi amigo Juan Carlos y yo preparábamos los domingos por la mañana combinados de ginebra Lirios (la Larios era cosa de ricos) y Cola Cao, bien mezcladitos, una parte de Lirios y dos de Cola Cao con leche, y éramos felices un par de horas.. Entiendo que esta defensa del alpistelamiento se sale de las normas, pero... amigos, no conducíamos más que nuestros cuerpos por la calle, no poníamos en peligro a nadie.
Es verdad que consumíamos mierda, imitaciones de la realidad de los mayores, esa gente mayor que, en los bares, pedía pelotazos. que ordinariez. Nosotros bebíamos cubatas en el Juli, doscientas pesetas dos rones y la cocacola a compartir, a valientes no nos ganaba nadie.
Ahora veo las cosas de otra forma: el gintonic de por la tarde, hecho con cariño, sus cuatro hielos poderosos, su par de rodajas de limón, todo ello me ha hecho ver la luz. Tranquilo, paciente, no hay nada que demostrar. Julio Caro Baroja se bebía varios antes de comer, una prestigiosa profesora de literatura de mi instituto le pegaba igualmente al cristal, todos formando parte de una extraña secta ginebrina... Con cuidado, ¿por qué yo voy a ser menos?
Sabias palabras. Es mi bebida favorita...en general más barata, da menos resaca (cuando la da) y no te suelen colar garrafón.
Escrito por erre a las 2 de Agosto 2005 a las 05:04 PMay, la ginebra bombay, q buenos momentos..
pero se le pone a uno la nariz roja o es una leyenda urbana? o era con el vodka? ¿?