Ayer fue el cumpleaños de María, así que por la noche celebramos una comida un poco especial, porque normalmente casi no cenamos (yo, desde que escuché eso de las tumbas llenas de grandes cenas, procuro no abusar antes de meterme en el sobre), unas gambillas y algo de jamón y lomo, como los ricos. Eso sí, sin velitas ni champán, que todavía quedamos algunas personas decentes.
A medianoche el vecino del segundo, el hiperborracho, se pone a hacer ruidos, una cosa rarísima, como si hablara por el tubo del wáter sin agua, como los lamas del Tibet con el trompetón ese. Y cada vez más ruido interior, y las gambas del estómago se niegan a ser digeridas, no paro de dar vueltas y el jamón pide agua, como el mono, pero gracias a que el queso roquefort sale en mi ayuda, como un mosquetero, puedo pasar medio bien la noche.
Por la mañana he ido a casa del vecino a dejarle en la puerta las sobras dentro de un papel de periódico, y a esta hora estarán todos los perritos y gatitos de los vecinos haciendo su fiesta y dejándole sus firmas en la alfombrilla y las cáscaras de gambas, y resto de restos mortales del papeo se habrá esparcido por los dominios de la escalera del borrachuzo. De todas formas no creo que le llegue el olor, tendrá todos los sentidos atrofiados, y jamás limpia su puerta ni baja a tirar la basura. Es un misterio, el Misterio del borracho del segundo izquierda.
Hay veces que me asusto de lo buena persona que soy, coño.
¿donde coño vives?¿con la familia adams,o en la calle Alamos?A proposito el gasto de la cena fue en la comarca o en tierras del indalo?
Escrito por julkillo a las 26 de Febrero 2005 a las 11:10 AM