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8 de Octubre de 2004

Últimas voluntades

Cuando hace veinte años le preguntaban a cualquiera cómo se imaginaba la vida en el siglo XXI siempre se hacía cábalas sobre si el futuro llegaría con coches volando, robots-esclavos, teletransportación de partículas, ropa de papel albal, pastillas de alegría instantánea, no-trabajo, comidas sanas, desaturadas e hidrohigiénicas, materiales de construcción más ligeros que el aire y cacharritos transparentes por doquier.

Poca gente imaginaba que la clave estaría en las Industrias de la Muerte, esas que descienden de las pompas fúnebres (precioso nombre), las farmacéuticas, el complejo militar-industrial y las mafias de la química. En un post anterior hablé de su origen, ahora toca analizar su esplendido futuro.

Última Cena

No me considero especialmente antiamericano, o por lo menos no en la línea de la ortodoxia del progresismo antiglobalización ortodoxo, ese que considera a Castro y a los iluminatii religiosos de Alá y de las bombas en las barriga nuestros héroes. No, yo no me meto en ese saco, pero reconozco que en EEUU se adelantan al resto del mundo cuarenta años. ¿Sobra gente en las cárceles? Pues hacemos cárceles privadas, pa que los ricos puedan disfrutar de unas merecidas vacaciones-condena... ¿Que falta dinero para misiles? Le quitamos a los pobres la seguridad social, total, si al final van a morir todos igual... ¿Que cada vez hay más matanzas en colegios y mcdonalds? Pues más facilidad para que los ciudadanos honrados obtengan su rifle (así ahorramos recursos en vigilancia comunitaria, cada uno, su propio policía)...

Y lo mejor: cuando hay que condenar a alguien a eso tan bonito y tan justo y tan cristiano de la pena de muerte, lo humillamos antes, para que cuando vaya camino de la camilla o de la cámara de gas o de la silla eléctrica se mire los pies y vea que pone: "Éstas son tus últimas zapatillas", y así se vaya al infierno lleno de remordimientos y sufra, coño.

Como lo de la Última Cena de la Biblia... la verdad es que hacía mucho tiempo que no veía un nombre puesto a un hecho o mito con más mala leche. Ya me imagino yo a Judas pidiendo la Última Cuenta en el bar: "A ver, pon la penúltima, hombre, total, no te va a pagar". Y san Mateo aconsejándole a Jesús, sobre la carta, que pidiera escalopines de ternera a la trufa y pavo a las finas hierbas de Arimatea: "Si ya para lo que te queda, maestro... no te pares en miserias"

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Neuras

Comentarios

Toda nuestra cultura se soporta en sinsentidos...

Escrito por grager a las 9 de Octubre 2004 a las 12:36 AM

La cosa es que Jesús si comería allí por última vez. Pero anda que mandar a los otros a predicar por aquí y por allí durante años de ayuno... es de ser hijoputa...

Escrito por Germán a las 9 de Octubre 2004 a las 05:34 AM

YO PIENSO K UNA COSA ES RAYAR Y OTRA METERSE CON LAS RELIGIONES ESTE CONSEJO TE DOY POR K YU CUATE EL ROSH SOY

Escrito por ROSHEONER a las 12 de Septiembre 2006 a las 03:12 AM
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