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19 de Mayo de 2004

Por qué estoy invitado a la Boda del Siglo

Me llegan cientos de cartas pidiendo que explique por qué estoy entre los elegidos para la Boda. La historia es algo compleja, pero como dijo el papa Juan Pablo I en su toma de posesión: seré breve.

Resulta que hace muchos años yo era un niño más pobre que una rata, me dedicaba a ayudar a mi primo Gervasio vendiendo melones amarillos de Benamejí por las carreteras, esos melones dulces y pequeñitos tan ricos. Bueno, pues un día de la década de los 60 (no recuerdo si por la tarde o por la mañana) nos enteramos mi primo y yo de que inauguraban el pantano de Iznájar, entre las provincias de Córdoba, Málaga y Granada. Pallá que nos fuimos el Gervasio y un servidor con el Land Rover cargaditos de melones dulces a hacer negocio. Cuando llegamos todo aquello estaba lleno de periodistas, gobernadores civiles, ministros, obispos, monaguillos, señoras, señoritas de compañía, etc.

Cuando agenciamos unas pesetillas nos largamos a celebrar el buen día a un ventorrillo cercano de Rute y allí, cuando fui a echar una meada, me di cuenta de que el retrete estaba ocupado. Oigo la cisterna y de pronto aparece Franco subiéndose los pantalones, sin escoltas ni nadie alrededor. Al parecer, en una habitación apartada, se reunía en secreto con Breznev, el ogro del gobierno de la Unión Soviética, para tratar asuntillos variados que no vienen a cuento, la guerra fría, el holocausto nuclear, el despliegue de misiles, el gol de Marcelino en la final de la Eurocopa, qué se yo, asuntos importantes.

Historia secreta del famoso Tratado de Iznájar

Bueno, pues cuando su Excelencia me vió comenzó a explicarme que tenía un grave problema de salud: terribles y traicioneras diarreas le atacaban desde hace un tiempo, y el Generalísimo sufría en silencio su mal. Además este achaque estaba echando por tierra las supersecretas negociaciones con el mandatario soviético, que al parecer se lo estaba comiendo por sopas. "¿Sabe joven? El Señor me ha castigado por algo, y me va a mandar al Valle de los Caídos antes de tiempo", sollozaba con su vocecilla aflautada, pero sin perder la marcialidad.

-No se preocupe, Excelencia, yo tengo la solución -afirmé.

Y le di unas hojas de higuera untadas en leche de burra preñada que siempre llevaba en el bolsillo. "Aplíqueselas a base de friegas con cuidado en su Excelente culo, y notará en pocos minutos el alivio. Mano de santo". Después de seguir mis instrucciones me dio un abrazo (aún guardo la camisa donde Él me tocó) y se fue a continuar con su agenda.

Al cabo de unos meses me llegó una invitación a visitar el palacio de El Pardo, y ahí nació una entrañable amistad. De hecho el Generalisímo me hizo bastantes confidencias: me dijo que estaba harto de mandar, que a él lo que le gustaba era pescar y cazar, y me preguntó por el calibre de perdigones que yo usaba para los conejos. Además me aconsejó que montara una empresa de exportación de lo que quisiera a la URSS, que eso de la confabulación judeomasónica era una tontería que le obligaban a decir y que los rusos eran buenos coleguitas. "¿Podría exportar melones?", le pregunté. "Lo que quieras, mis ayudantes del Opus te arreglan todos los papeles". Y así hasta ahora, que gracias a la Compañía de Melones 'La Cruzada' de la que soy propietario, en la actualidad disfruto de un nivel adquisitivo digno de Botín y he escalado en la buena sociedad hasta llegar a comprarme un rolls-royce con el volante tapizado en piel de guepardo de Namibia, y no hay fiesta de la aristocracia a la que no asista.

Antes de morir, Franco me envió un paquete con un madelman buzo sin estrenar, una equipación completa del Real Madrid (con el número 11), un exin castillos y una caja de magia Borrás de las grandes, para mis chiquillos. También había dentro una carta en la que me mandaba un papelito firmado de su puño y con letra temblorosa: "Vale para entrar en la primera boda real que se celebre en España". En la carta también explicaba que como ya no podía invitarme al enlace de su recomendado Juancar, que ya se había casado, pues me invitaba a la de su hijo. También me pedía tres cosas: que rezara mucho por España, que comprara los discos de Joselito y que no se me olvidara bajar la basura antes de las diez de la noche. Por eso, para honrar su memoria y por los favores que me hizo, voy a ir con mi pase VIP a la Almudena y al banquete. Porque puedo, que cojones.

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Ficciones

Comentarios

Y que tal éxito has tenido con los melones en la actual Rusia?

Escrito por Felipe a las 19 de Mayo 2004 a las 06:30 PM

:D

"sufría en silencio su mal."

por desgracia me temo que no

Escrito por not a pretty girl a las 19 de Mayo 2004 a las 06:49 PM

tu estas colgadísimo xD

Escrito por LoLitaFrozen a las 19 de Mayo 2004 a las 08:21 PM

Qué lágrimas más dulces han salpicado el monitor de mi pantalla ante este post. Tendré que inventarme alguna historia para explicarle al vecino por qué me ha dado este ataque de risa.

(Todo pura exageración, pero no encontraba una manera mejor de decir que este post es genial sin caer en empalagoso peloteo)

Escrito por Mostaza de Canela a las 19 de Mayo 2004 a las 10:19 PM


El sol pega fuerte por allí abajo eh?. A mi lo que me gusta es que entre paranoia y paranoia vas soltando datos coherentes para luego desfasar aún todavía aún más.

Llévate una bolsa de plástico y píllate unos cuentos canapieses para el pueblo!.

Escrito por Rutinario a las 19 de Mayo 2004 a las 10:41 PM

Si el Generalísimo tenía diarreas lo que le tenías que haber dado eran un par de tajaítas de los melones de aquellos, recalentados por el torrante sol, que se iba a haber ido las patas abajo aquél día indeterminado de los 60 y no en el 75.

¡Tú podías haber salvado el país!

Escrito por Germán a las 20 de Mayo 2004 a las 01:46 AM

Pues a mí me parecen muy buenas razones, Trapo.
Lo mismo nos vemos allí (aunque mi historia es más sencilla)

Escrito por A. Teki a las 20 de Mayo 2004 a las 05:33 PM

hola, es la primera vez q paso por aquí y quería decirte me ha gustado tu sarcasmo al narrar tu encuentro con Franco ;-). Por cierto, q lástima no haberte conocido ántes, me habría encantado haberme sentado a tu lado durante la empalagosa ceremonia,pues seguro lo habría pasado de miedo, q asco, me ha tocado Carlos de Inglaterra :-(. A ver si tengo suerte y te veo en el convite, o mejor aún, coincidimos en la mesa. Hasta pronto.

Escrito por Belén a las 22 de Mayo 2004 a las 02:38 PM

eres de benameji?

Escrito por juanma a las 6 de Mayo 2008 a las 11:55 PM

hola, acabo de descubrir este blog por casualidad y vaya jartá de reir que me he dado leyendo esta entrada, enhorabuena, de lo mejorcito que he leído últimamente por los interneses. Saludos desde Montalbán.

Escrito por Talbanés a las 19 de Abril 2011 a las 06:01 PM
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