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1 de Abril de 2004

Libros en las grandes superficies

Ayer en el programa El público lee (uno de las contadas cositas que se pueden ver en CanalSur 2 sin que te pongas colorado de vergüenza), el escritor Antonio Muñoz Molina hablaba con sus lectores de su libro sobre Nueva York.

Y decía que una de las cosas que más tristeza le producía de esa ciudad (aparte, por supuesto, de la evidencia de las diferencias sociales) es el ritmo incesante con que desaparecen las librerías de fondo, establecimientos pequeños y amables situadas en calles no muy comerciales, donde te atiende el dueño, que suele ser persona atenta al mundillo de la cultura. Decía el escritor que esas humildes tiendecitas de barrio no pueden competir con las grandes cadenas de distribución y almacenes tipo Barnes & Noble o la Casa del Libro que venden best-sellers como si fueran pollos de granja. Y que cada vez que iba a visitar alguna de esas librerías auténticas, en su sitio se encontraba con un Benetton o un Kentucky Fried Chicken o alguna cosa de estas.

Recuerdo una vez en la FNAC de Callao cómo un mogollón de personas leían aplicadamente sus libros (recién comprados o en estado de hojeo) en una especie de gradilla tras una mampara de cristal, a la vista de los curiosos como si de un escaparate zoológico de pensantes se tratase. Pues bien, tras cuatro horas leyendo se levanta un cliente y se va tan tranquilo, sin el libro, Un empleado le persigue y le dice:"Señor, ¡que se olvida su compra!", y el paciente lector le contesta:
-"¿Compra? ¿Que compra? Si ya me lo he leído, ¿para que me lo voy a comprar?"

Trapo | Enlace permanente | Categoría: Leer

Comentarios

¿Y no quitaron la gradilla? Porque eso sí que no es negocio XD

Escrito por not a pretty girl a las 1 de Abril 2004 a las 06:30 PM

Pero, Trapo, la gradilla de la FNAC está precisamente para que la gente lea libros, aunque no los compre.

Es lo mejor que tiene la FNAC. La gente puede ir allí y leer lo que quiera. Probablemente libros que jamás se compraría.

Soy de las que compro en pequeñas librerías, jamás le sería infiel a Chus de Visor, mi librero. Pero no me parece mal esa opción de que la gente lea los libros sin comprarlos. Alimentar el hábito de la lectura no creo que impulse a la gente a comprar menos libros, todo lo contrario.

Escrito por eva-lamaga a las 15 de Abril 2004 a las 02:31 AM

De donde yo soy, nunca duran las librerías, excepto una o dos revisterías - librerías donde no te dejan hojear nada porque "maltratas". Ni ganas dan de ir, pero en algún lugar han de comprarse los textos escolares. Es la única explicación que encuentro para su sobrevivencia.

Escrito por diesdre a las 10 de Mayo 2004 a las 06:17 AM
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